Al explorar las diferentes respuestas a la pregunta: «¿Por qué Gran Bretaña votó por irse?», Fintan O’Toole descubrió cómo ciertas mentiras periodísticas se convirtieron en obsesiones nacionales nada triviales; cómo la actitud de indiferencia hacia la verdad y el hecho histórico ha llegado a definir el estilo de toda una elite política; y cómo un país que tuvo colonias se está redefiniendo a sí mismo como una nación oprimida que requiere liberación. O’Toole cuestiona así la atracción fatal del fracaso heroico, un culto autocrítico de un exitoso imperio que puede permitirse el desastre ocasional: desde la Carga de la Brigada Ligera hasta la expedición perdida de Franklin por el Ártico.