"Todos hablan de los sueños porque cuando la realidad se hace polvo en nuestras manos, qué más nos queda. Alguien se lo pregunta, alguien mira atentamente a quien escribe y lo dice: qué hacemos con los sueños cuando los sueños fracasan? Cómo decirles que los sueños son un fracaso en sí mismos, que llegan cuando no existimos, en esa especie de muerte nocturna que nos atrapa cuando perdemos la consciencia y nos dormimos". Es éste uno de los párrafos finales de esta novela. Como en las anteriores, regreso al territorio turbador, casi siempre hostil, de la memoria. (El autor)