Para Ian Parker la práctica psicológica actual se ha convertido en un instrumento más de control social –en una parte integral de la ideología dominante, que justifica y refuerza sus estereotipos y valores– que ofrece, como única solución a la felicidad del individuo, la adaptación al sistema político y económico en el que vivimos. A través de un recorrido crítico y constructivo por el estado actual de la disciplina, señala la urgencia de un nuevo enfoque para superar esta forma de alienación, y nos ofrece una visión alternativa que la vincula con la práctica política para conseguir un verdadero instrumento de transformación y emancipación.