Concebida como un monólogo improvisado por un escritor y editor excéntrico y misterioso llamado Gordon Lish, con sus libros y su sed de whisky a cuestas, este libro trata --más que de literatura y autores, más que de su ejercicio como famoso y controvertido editor, más incluso que de su psoriasis o sus ropas holgadas o sus posibles romances-- de la familia y de la vecindad de la muerte, dos de sus temas habituales. Y ambos son abordados en clave tanto de humor como de intriga; aunque en un sentido, digamos, beckettiano.