la música viene a él como un resplendor, como un reguero de semillas estremecidas por el viento, como un susurro de las montañas que entra a su sueño, vibrando y aleteando como un pájaro que se ha escapado de una jaula.
la música viene como un aroma, como una nube liviana, volátil y transparente. como un perfume sacudido por las ramas de una árbol, como el olor a monte de las hojas que doblan las tabaqueras.
la música viene como una palabra perdida en un alfabeto olvidado, como el raro temblor del alfarero que ve volar una mariposa de arcilla fugada de sus manos.