El fenómeno del “multilateralismo a la carta” o del “minilateralismo”, tal como ha sido descrito por algunos analistas, es ya una realidad consolidada en las relaciones internacionales. Su plasmación más concreta se traduce en el G-20 que, desde 2008 y en un contexto de grave crisis de los países desarrollados, se ha convertido en el primer fórum para la cooperación económica internacional y en la señal más evidente de las transformaciones en la gobernanza mundial.