Las dificultades y amenazas que atraviesan el espacio en el que se desenvuelve la educación, obligan a preguntar qué está pasando en la institución escolar. No solamente los padres, que desfallecen ante la incapacidad para incidir en determinados comportamientos alarmantes, y los profesores, que están abocados a lidiar situaciones límite, sino todo el entorno social, siente preocupación ante un fenómeno que ha disparado todas las alertas y del que nadie atina a balbucear cuáles son los verdaderos motivos del conflicto.