Los ensayos reunidos en esta obra giran en torno a un problema central: el cambiante estatuto de las ciencias sociales y del análisis histórico. El problema se estudia desde ángulos diferentes, pero complementarios: la defensa del pluralismo teórico y, por lo tanto, la desconfianza de la -Gran Teoría-; la insistencia en que no resulta aconsejable separar las dimensiones empíricas y teóricas de los problemas que analizan las ciencias de la sociedad; y el clamor por que las ciencias sociales -incluida la historia- dialoguen de manera permanente, y que lo hagan también con la filosofía y el arte, sin ningún tipo de servidumbre. (Renán Silva)