El arte egipcio, como todo arte, es humano, y por ello tiene su lógica. Los egipcios constituían un pueblo alegre, que quería que su vida en el más allá fuera como la que disfrutaban aquí. Develar esa lógica, adentrándose en los vericuetos del deslumbrante arte que desarrollaron los egipcios hace miles de años, es el propósito de este libro.