La historia tiene una alta dosis de suspenso, no solo por la persecución a que las diferentes iglesias y religiones someten a Marcos Aragón, su protagonista, sino también por tres figuras femeninas inolvidables: Flora, Floribel y Araluz, quienes llenan con su amor, su lujuria y su ternura las páginas de esta novela que estremece y subleva, y que constituye el desafío de quien, frente a las imposiciones de cualquier religión, se atreve a destruirlas a todas.