Existe un vínculo no sintético entre el concepto de -topos- y el concepto de -grafos-, orientado a relacionar el territorio y la escritura a través de la lectura crítica de las historias literarias. En la práctica de la topografía hay una vinculación metafórica con la crítica historiográfica. Esta crítica debe pasar de la recopilación de datos a la reconstrucción del territorio; de la lectura crítica, a la reconstrucción de la ciudad de Bogotá y de las relaciones que establece con las demás regiones. Dichas reconstrucciones pueden y deben hacerse a partir del mapa que construye la palabra literaria, como palabra de autor o como objeto de discurso en la escritura de la historia.