la filosofía es un accidente en la historia de la humanidad. podemos concebir un discurso humano sin preguntas últimas. hace veinticinco siglos nació una exigua minoría, hoy quizá en proceso de extinción, que consideró vital conocer los -porqués-. quienes hoy sintonicen con aquella minoría sentirán la necesidad de volver a escuchar lo que sus primeros integrantes dijeron. al hacerlo constatarán la prodigiosa perennidad de unas referencias que se nos imponen ineludibles como permanente trasfondo de cualquier nuevo discurso. porque filosofar es vislumbrar, desde cualquier fugaz instante de la rueda del tiempo, el impertérrito eje de la eternidad.