¿no pasamos nuestra vida en la búsqueda insatisfecha del otro? del otro que al fin sea otro.pero lo totalmente otro no tiene que aguardarse de ningún allá esperado; de una lejanía fantaseada: el pensamiento no dejará nunca de girar en círculos en ese imaginario proyectado.sobre todo se descubre tan cerca; al alcance; en aquello que hemos asimilado demasiado plácida; perezosamente. lo inaudito no cae de un cielo mágico; sino que se extrae de lo que pisoteamos tan descuidadamente como instantes banales.tampoco lo opuesto es ahora otro; porque no confronta más con lo desconocido: ahora se plantea adelante; ¿en frente¿; diametralmente alineado; e incluso dramáticamente erigido; pero ya asignado; inerte y ordenado ¿lo opuesto ya se entiende con su otro.de allí que sea preciso; según creo; proceder de manera inversa. buscar lo otro no en lo que se anuncia en las antípodas; en el papel del contrario; que ya es complementario; sino más bien abriendo una distancia en el seno de lo que creeríamos semejante; lo más próximo; aparentemente lo más emparentado: para sondear allí lo que fisuraría secretamente un posible otro.de igual modo; también; entre el ¿placer¿ y el ¿goce¿ ¿a los que creíamos asociados.porque es al emerger de tal distancia que otro ¿tú¿ puede ser encontrado.pensar al otro: ¿no es acaso lo que puede volver a impulsar la filosofía y lo que en primer lugar nos hace acceder a la existencia?