El tema de la secularización de las sociedades contemporáneas marcó profundamente el nacimiento de la sociología de las religiones. Los autores de estos textos sin dejar de ser tributarios de las problemáticas definidas por los “padres fundadores”, se alejan sin embargo sensiblemente de ellos. Estos análisis están menos centrados en el debilitamiento de la religión que en la capacidad de los actores religiosos para crear formas sociales, incluso modernas. Inspirándose en Marx, en Durkheim o en Weber, se alejan así notablemente de ellos cuando se trata de dar cuenta de las relaciones entre religión y sociedad: son discípulos heterodoxos e infieles.