La figura de Charles Darwin (1809-1882) destaca tanto por su genialidad, en el planteamiento de teorías, como por la laboriosidad y meticulosidad de sus investigaciones. No sólo fue un eminente naturalista, sino también un destacado fisiólogo vegetal y un excelente criador de plantas, que gozó con su cultivo y trabajo de experimentación. En este sentido, la presente obra, Plantas insectívoras, fue el fruto de 15 años de arduo trabajo que comenzó como una “pasión de verano” y terminó verificando la existencia de plantas adaptadas a una dieta carnívora.