Los ríos subterráneos es una carta de amor al acto creador, al poder de transformación que emerge desde las profundidades del proceso creativo, y a la búsqueda incansable de sentido. Una historia en la que sus personajes -solitarios obstinados que se lo juegan todo por su mirada- afirman la vida en medio de la presencia inminente de la muerte, atravesados en todo momento por la idea del arte como fuerza, y de la creación como forma de resistencia.