aliándose con la música, recurriendo a las antiguas fábulas y a las convenciones del teatro, la poesía ha inventado un nuevo espacio de ficción: la ópera. todas las figuras del deseo y del extravío pasional pueden interpretarse y desbaratarse en ella. también todas las autoridades se pueden poner en cuestión. las hechiceras tienen bajo su dominio a los héroes que ellas han descarriado. sin embargo, su triunfo no es duradero. ellas son las encarnaciones del arte que multiplica los placeres y que también sabe hasta qué punto su soberanía es precaria.escuchando a las hechiceras, jean starobinski va al encuentro de algunos oyentes de exigencia inquieta: rousseau, stendhal, hoffmann, balzar y nietzsche. de sus lecturas, el autor vuelve cargado de descubrimientos intelectuales esclarecedores. y de algunos problemas.