Continuación de -Los siete locos-. En esta segunda parte no hay tragedia; la aniquilación es racional, científica, como lo es la guerra química o bacteriológica. Erdosain se convierte en cierto modo en la víctima del Astrólogo, el otro héroe del libro, que se revela como un competente gerente de la monstruosidad, un nuevo dios: el engañador.