Las cuatro partes en que La Vida nueva se divide dan lugar al espacio textual para una particular forma de expresar la poesía desde una condición femenina. Este aspecto fundamental Martha Cerón lo desarrolla por medio de una particular relectura de la cotidianidad, a través del despliegue de mecanismos poéticos: el poder mitoligizante de la metáfora, el simbolismo, cierta matizada ironía, la imagen de estirpe surrealista, el recurso a la tradición literaria de Occidente, sobre todo en el largo poema que configura la tercera parte.