Amelia Valcárcel considera que tiene una deuda con el feminismo porque le ha ayudado a entender muchas cosas. Asistir en la vida a un proceso de cambio tan enorme y liberador es en sí un azar de fortuna. Poder, en la medida de las propias fuerzas, contribuir a tal emancipación, a desterrar la no querida ni culpable perpetua minoría de edad de las mujeres, es constante fuente de alegría que los obstáculos no consiguen enturbiar. En su opinión, ésa es la experiencia de las mujeres de su generación; comprobar cómo los cambios en las formas de vida han sido inauditos y sentirse coprotagonistas de ellos. El presente volumen recoge varios trabajos de Amelia Valcárcel.