Hablamos de juego y actividades lúdicas, porque este es el punto de partida de la propuesta que presentamos: la relación entre lo afectivo y lo intelectual. Es en el juego y en las actividades planteadas como divertidas y explorativas –con la intervención de todos los sentidos, la movilidad física, la expresión corporal y verbal- donde nos queremos situar y mostrar en la práctica que pensar es también divertido y que, el esfuerzo que a veces supone, tiene muchas compensaciones, porque nos proporciona alegrías y satisfacciones.