En 1957, Rohmer y Chabrol , dos de los más grandes directores franceses de la historia del cine, eran jóvenes críticos de la mítica revista Cahiers du cinéma. Defendían la -política de autores- y de ese modo obligaron a los cinéfilos a prestar atención a la obra de un cineasta considerado hasta entonces comercial: Alfred Hitchcock. Este libro es el primero que se le consagró: pese a que había realizado ya cuarenta y cinco filmes, todavía era mal visto por los historiadores del cine. Los autores emprenden un detalldo estudio para demostrar que Hitchcock es -uno de los más grandes inventores de formas de toda la historia del cine-.