Robert Nisbet expone en este libro, a través de un abordaje original, lo que tiene de fundamental y distintivo, en lo conceptual e histórico, respectivamente, la tradición sociológica. Aunque abarca algunos de los temas que podríamos encontrar en una historia del pensamiento sociológico, su propósito es bastante diferente, a un tiempo más estrecho y más amplio: lo primero, porque no son pocos los nombres aquí excluidos, que no podrían faltar en una historia formal de la sociología; y más amplio porque su autor no ha vacilado en destacar la importancia de personas que no fueron sociólogos -ni en lo nominal ni en lo sustancial-, pero cuya relación con la tradición sociológica considera vital.