La imagen de la escuela rural ha cambiado considerablemente durante las últimas décadas. Denostada en un pasado en el que era considerada inferior a otras categorías de escuela por tener unas condiciones frecuentemente precarias, ha ido logrando sucesivas conquistas que hacen cada vez más justicia a su realidad. En este proceso de transformación, las comunidades rurales y los colectivos docentes han protagonizado gran parte de las iniciativas para la mejora, evidenciando la importancia educativa, cultural y social de esta escuela en el medio rural.