Luciana, la narradora de esta historia, llama El lugar de las sombras a un paraje en el recinto interior a donde van los que sufren, especialmente los deprimidos, quienes padecen esa incapacidad para dormir que va doblegando la voluntad hasta robarnos el deseo de vivir, la fuerza para sobrellevar la existencia, y que -en muchos casos -acaba con la existencia misma.