la selección de estas cincuenta coplas se enlaza con los
recuerdos de largas /leches frente a una chimenea, en las cuales manuel, ojos
entornados, vaso en la mano izquierda, puño entrecerrado de la diestra, las iba
desgranando poco a poco y de tanto escucharlas se fueron alojando en el
recuerdo. porque la vocación de la copla es volverse anónima, colectiva. un
día, al escuchar a un conductor decir una de sus coplas sin conocer al autor,
manuel escribió: ese día me supe pueblo. - juan luis mejía arango