Contra la ética de la verdad significa a favor de una ética de la duda. Más allá de las apariencias, la duda no es en absoluto contraria a la verdad, sino que, en cierto sentido, implica su afirmación. Contiene por tanto un elogio de la verdad, pero de una verdad que debe ser siempre re-examinada y re-descubierta. A lo que es contraria la ética de la duda es a la verdad dogmática, que es aquella que quiere fijar las cosas de una vez por todas. Impedir la expresión de la duda es el acto más innatural, incluso aunque sea realizado en nombre de la «justicia natural» o de la «ley natural».