Desde su tortuoso comienzo en el mundo académico de la ex Yugoslavia, hasta la revelación de que la célebre Sociedad de Psicoanálisis Teórico en realidad no existe; desde sus trepidantes reflexiones sobre la biogenética y el ciberespacio, hasta su contundente crítica a la supuesta tolerancia del multiculturalismo; desde sus últimos desarrollos teóricos sobre lo Real en Lacan, hasta la retractación del concepto de ideología elaborado en sus primeros libros; desde la pulsión de muerte como apertura de la verdad, hasta lo estéril del fantasma sexual… Estas conversaciones manifiestan que Žižek no es nada más, y nada menos, que su síntoma.